lunes, 12 de agosto de 2013

SAN AGUSTIN DE HIPONA



 
La ética de San Agustín tiene un carácter eudemonista, es decir, el que se propone un fin para la conducta humana, a saber, la felicidad; pero esa felicidad ha de encontrarse únicamente en dios.
El ser humano es mutable e insuficiente para si mismo, solamente puede encontrar su felicidad en la posesión de lo que es mas que el mismo, en la posesión de un objeto inmutable.
La ética de San Agustín es primordialmente una ética del amor pues es la voluntad lo que lleva al hombre hacia Dios y goza de el.
“Amaras al señor tu dios con todo tu corazón, con toda tu mente, y con tu alma” y “amaras a tu prójimo como a ti mismo” Después de citar las palabras de Cristo, tal como las transcribe San Mateo; San Agustín afirma que “aquí está la filosofía natural, puesto que todas las causas de todas las cosas naturales están en Dios Creador”, y que “aquí está la ética, puesto que una vida buena y honesta no se forma de otro modo que mediante el amar, como deben amarse, las cosas que deben amarse, a Dios y nuestro prójimo.
¿El mal consistirá de alejar la voluntad de Dios? pero ¿qué es el mal en si mismo, el mal moral?
El mal moral no puede ser algo positivo en el sentido de algo creado por Dios: de las causa de mal moral no es el Creador, sino la voluntad creada. La Causa de las cosas buenas es la bondad divina, mientas que la causa del mal es la voluntad creada, que se aparta del bien, el mal es el alejamiento de Dios por parte de la voluntad creada.
La ética de San Agustín es religiosa, todo lo basa en dios ya sea la felicidad las decisiones la voluntad y el que consideraba alejar la voluntad de Dios es tomado como mal moral ya que haces voluntad creada que se aparte del bien

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