El materialismo dialéctico es la concepción del mundo del
Partido marxista-leninista. Llamase materialismo dialéctico, porque su modo de
abordar los fenómenos de la naturaleza, su método de estudiar estos fenómenos y
de concebirlos, es dialéctico, y su interpretación de los fenómenos de la
naturaleza, su modo de enfocarlos, su teoría, materialista.
En la caracterización
de su materialismo, Marx y Engels se remiten generalmente a Feuerbach, como al
filósofo que restauró en sus derechos al materialismo. Pero esto no quiere
decir que el materialismo de Marx y Engels sea idéntico al materialismo de
Feuerbach. En realidad, Marx y Engels sólo tomaron del materialismo de
Feuerbach su "médula esencial", desarrollándola hasta convertirla en
la teoría científico-filosófica del materialismo y desechando su escoria
idealista y ético-religiosa. Es sabido que Feuerbach, que era en lo fundamental
un materialista, se rebelaba contra el nombre de materialismo. Engels declaró
más de una vez que, "pese al cimiento materialista, Feuerbach no llegó a
desprenderse de las ataduras idealistas tradicionales", y que "donde
el verdadero idealismo de Feuerbach se pone de manifiesto es en su filosofía de
la religión y en su ética" (C. Marx y F. Engels, t. XIV, págs. 652-654).
El método dialéctico marxista se caracteriza por los
siguientes rasgos fundamentales:
a) Por oposición a
la metafísica, la dialéctica no considera la naturaleza como un conglomerado
casual de objetos y fenómenos, desligados y aislados unos de otros y sin
ninguna relación de dependencia entre sí, sino como un todo articulado y único,
en el que los objetos y los fenómenos se hallan orgánicamente vinculados unos a
otros, dependen unos de otros y se condicionan los unos a los otros.
Por eso, el método
dialéctico entiende que ningún fenómeno de la naturaleza puede ser comprendido,
si se le toma aisladamente, sin conexión con los fenómenos que le rodean pues
todo fenómeno tomado de cualquier campo de la naturaleza, puede convertirse en
un absurdo si se le examina sin conexión con las condiciones que le rodean,
desligado de ellas; y por el contrario, todo fenómeno puede ser comprendido y
explicado si se le examina en su conexión indisoluble con los fenómenos circundantes
y condicionado por ellos.
b) Por oposición a
la metafísica, la dialéctica no considera la naturaleza como algo quieto e
inmóvil, estancado e inmutable, sino como algo sujeto a perenne movimiento y a
cambio constante, como algo que se renueva y se desarrolla incesantemente y
donde hay siempre algo que nace y se desarrolla y algo que muere y caduca
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